sábado, 3 de julio de 2010

El niño que pudo con Boeing













Harry Winsor, un niño de 8 años de Colorado (USA), dijo "Papá, creo que le voy a dar a Boeing el privilegio de construir uno de mis diseños". Su padre se rió por su audacia y le ayudó a enviar a Boeing su diseño. La respuesta fue tan seria como decepcionante "Al igual que muchas otras grandes empresas, no aceptamos ideas no solicitadas. La experiencia ha demostrado que la mayoría de las ideas ya han sido considerado por nuestros ingenieros y no puede haber consecuencias no intencionadas de la simple aceptación de estas ideas. El tiempo, costos y riesgos involucrados en el procesamiento de ellas, no justifican los beneficios obtenidos".

El padre se enfureció por que enviasen un mensaje tan corporativo e insensible a un niño y empezó a mover el tema desde su bitácora personal y su cuenta en Twitter.Uno de los administradores de la cueta de Boeing comprendió el error al ver como se sumaban las protestas y reconoció el error"somos expertos en aviones, pero novatos en social media". Para terminar con un final feliz, comentaron que considerarían la iniciativa de Harry, al que le prometieron que su idea llegaría al museo de la compañía.
Un detalle tan pequeño, cambio la estrategia de comunicación de Boeing haciéndola más humana y cercana. Ya suma más de tres mil seguidores en Twitter.

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